Endémica del Altiplano Potosino
La Grana Carmín Cochinilla Fina, Costa (Homoptera: Dactylopiidae) es un insecto de importancia económica por la producción de colorante rojo (Ácido Carmínco E-120) utilizado para alimentos y cosméticos. Durante la época de la colonia representó una de las principales fuentes de ingreso, solo superada por el oro y la plata. Dacylopius coccus
En la época precortesiana, la grana fina era llamada por los aztecas nocheztli, palabra que quiere decir “sangre de tunas”. La escritura y dibujo en murales y en papel amate son ejemplos del uso de este colorante. La cerámica y textiles del periodo postclásico (900-1521 de nuestra era) también fueron teñidos con grana. En la época colonial los españoles tomaron el control de la producción de la grana del carmín, manteniéndola como el tercer producto de exportación de México, sólo superado por el oro y la plata. Los españoles, aprovechando que el pigmento se obtiene de las hembras adultas secas del insecto, las cuales parecen semillas y son resistentes como éstas, las exportaron a Europa y, para ocultar el origen del producto y conservar el monopolio, decían que eran productos vegetales, lo cual también dio lugar al uso de frases como sembrar, cosechar, etcétera, para referirse a las actividades del cultivo, palabras que aún se conservan. Fueron los mismos españoles, en el siglo XVI, quienes llevaron pencas infestadas de grana fina de la Nueva España a las Islas Canarias para producir pigmento y abastecer el enorme mercado europeo. Cabe mencionar, como ejemplo, del extenso uso de la grana en ese tiempo para los uniformes del ejército inglés, las famosas “casacas rojas”, que se teñían con este pigmento. Más adelante, durante la guerra de Independencia de México, los primeros ejércitos libertadores operaron en zonas productoras de grana, como los estados de Jalisco, Oaxaca y San Luis Potosí. Cuando el ejército insurgente, comandado por Morelos, ocupó la ciudad de Oaxaca, el principal producto tomado en el saqueo fue la grana. Con el dinero que proporcionó esta grana, Morelos pudo equipar su ejército para continuar con la guerra. Al paso del tiempo, ya cercana la Independencia, los ricos comerciantes graneros (productores de grana) se pusieron a la orden del ejército insurgente, con el propósito de no verse despojados de sus riquezas. Una vez consumada la Independencia (1821), se siguió cultivando la grana. Sin embargo, a pesar de, o quizá debido a su gran demanda mundial, la grana mexicana empezó a producirse con poco control, usando cepas de grana de baja calidad, cultivadas en regiones poco favorables para el crecimiento del insecto. Esta situación prevaleció hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando el cultivo de la grana decayó definitivamente debido a que, en el marco de la Revolución Industrial, el desarrollo de la química proporcionó tintes sintéticos como las anilinas, que fueron más baratos y fáciles de producir que los colorantes naturales. Las cosas siguieron así hasta la década de 1980, cuando se acumularon evidencias de que los colorantes artificiales pueden producir daños a la salud como cáncer, toxicidad y algunos tipos de alergia, por lo que a mediados de la década se generó una gran demanda de colorantes naturales, oportunidad aprovechada por Chile y Perú, que se convirtieron en los grandes productores mundiales de cochinilla (4 a 5 mil toneladas anuales ). Este repunte de la demanda de ácido carmínico no modificó la situación en México, donde actualmente sólo en los estados de Oaxaca, Morelos y Jalisco se dedican algunas parcelas para la producción de cochinilla fina en pequeña escala, con fines principalmente artesanales, hasta que la empresa " Grana Carmín del Potosí " cambia las condiciones, utilizando lo mas reciente en agrotecnología logra producir 10 toneladas por año, pensando en un crecimiento exponencial que los lleve a ocupar el lugar que se tenía anteriormente ya que la GRANA Dactylopiidae es endémica del lugar, que facilita su producción a granel con las finas cualidades que la proyectaron al mundo.